El Costo de la Sostenibilidad
Desde 1999, en Argentina, se ha establecido una Mesa Nacional para asesorar a nivel gubernamental sobre la producción orgánica, posicionando y visibilizando este enfoque agrícola que no solo ofrece oportunidades comerciales internacionales, sino que también respeta la naturaleza en su totalidad: suelo, agua y biodiversidad. Argentina tiene la autoridad para regular el uso de términos como Orgánico, Ecológico y Biológico (Eco-Bio) en la producción alimentaria, respaldados por el sello «Orgánico Argentino», que certifica el cumplimiento de las normativas oficiales.
En esta tercera entrega sobre producción orgánica, continuamos nuestra conversación con el ingeniero agrónomo Facundo Soria, funcionario de la Secretaría de Bioeconomía, quien comparte su experiencia y pasión por esta labor.
Pregunta: Las empresas argentinas expresan que obtener el sello orgánico implica mucho trabajo y dinero. ¿Es así?
Soria: No, es un mito. La producción orgánica implica una visión integral. Primero, debés comprender su significado y su propósito. Por ejemplo, si producís alimentos de manera orgánica y los vendés localmente, donde los consumidores te conocen y confían en vos, el sello puede no ser necesario, ya que la garantía es directa. Sin embargo, si buscás llegar a un mercado más amplio, donde los consumidores no te conocen, el etiquetado y el sello son esenciales para diferenciarte.
Para la exportación, donde la confianza del consumidor es crucial, el sello orgánico es un respaldo necesario. En Argentina, al igual que en otros lugares, los respaldos institucionales son clave.
P: ¿Entonces, los sellos orgánicos son para empresas con un desarrollo más avanzado?
Soria: Sí, en cierta medida. Incluso un productor pequeño puede ser orgánico, pero requiere cierto nivel de escala y competencia legal. La mayoría de los productos orgánicos en el mundo son producidos por pymes, y en Argentina, más del 95% lo son. Sin embargo, esto exige cierta formalidad y competencia comercial y técnica. La producción orgánica ofrece oportunidades, pero también desafíos.
Pregunta: ¿Las empresas o productores se acercan a ustedes, o ustedes los convocan?
Soria: Este sistema ya está establecido. Las empresas que ven el valor de la certificación orgánica se acercan a certificadoras habilitadas por el SENASA. Nuestro papel es promover esta opción entre empresas, técnicos y consumidores, facilitando el proceso de información y contacto.
P: ¿Es costoso?
Soria: Depende. Si podés trasladar los costos adicionales de certificación al producto y los consumidores valoran ese sobreprecio, y si el negocio es rentable, entonces es factible. Sin embargo, si los costos te excluyen del mercado, es un desafío.
Hay también casos donde la conversión a “orgánico” es especialmente difícil, como en campos degradados o altamente dependientes de agroquímicos. La producción orgánica es una apuesta por la sostenibilidad y la calidad, pero requiere un compromiso tanto económico como técnico.
En la próxima entrega, seguiremos explorando este tema.
Continuará…
Por Cecilia Andrada
