Libre de gluten: ¿AVENA sí o no?

Primero, hablemos de qué es la avena. La avena es una planta y es también la “A” de la sigla TACC que indica a los celíacos la presencia del gluten. El gluten se usa para describir una fracción de proteína de prolamina que afecta a las personas con enfermedad celíaca. Pero la avena no tiene gluten, solo que su proteína se parece mucho a este, se llama Avenina y menos del 1% de los celíacos es intolerante a ella. Es clave saber que en países como el nuestro la avena se contamina ya que es cultivada cosechada y almacenada junto con el trigo y es por eso por lo que la mayoría de los celiacos le temen tanto.

Por qué consumirla, si uno puede hacerlo, y de qué manera

Entre todos los cereales, la avena es el que más vitaminas y minerales contiene, rica en hierro, magnesio, selenio, calcio, zinc, fósforo, vitamina E, vitamina B5 y vitamina B6. En cuanto a grasas, es el cereal con mayor porcentaje de grasa vegetal. El 65 % corresponde a los ácidos grasos insaturados, y el 35% de ácido linoleico. Ej.: 100 grs. de copos de avena cubre 1/3 de tus necesidades diarias de ácidos grasos esenciales. 

Pese a contener carbohidratos, su alto contenido de fibra soluble al contacto con el agua aumenta de tamaño y produce una sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito. Además, favorece el tránsito intestinal y proporciona seis aminoácidos de los ocho que se consideran esenciales, fundamentales para tu organismo y el desarrollo infantil. Dichos aminoácidos ayudan a estimular al hígado para producir lecitina, favoreciendo así la depuración de los compuestos pesados del organismo eliminando el colesterol malo. La avena cuenta con unos polifenoles prácticamente exclusivos de este cereal, conocidos como avenantramidas. Estos antioxidantes combaten la oxidación celular, y además se encargan de regular la presión arterial permitiendo la dilatación de los vasos sanguíneos, común efecto antiinflamatorio.

Para consumirla hay que volver a las tradiciones del hombre primitivo y fermentarla, porque los cereales tienen almidones y anti nutrientes y estas sustancias deben ser transformadas para que nuestro organismo no corra peligro alguno de perder nuestros propios nutrientes, y al mismo tiempo el alimento aporte todo su potencial. La transformación mínima y básica sucede cuando remojo y cocino correctamente el cereal, pero algo mejor sucede si remojo, fermento y luego cocino el cereal.

Colaboración: Vanesa Simons, PANSANO UACU 
1130635678 / @uacusuperfoods

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