La primera vez que tu perro o gato tiene un ataque de epilepsia provoca un shock terrible en sus dueños o tutores. Si bien dura menos de un minuto, parece que fuera una eternidad, no se terminan nunca esas sacudidas violentas, esa espuma por la boca y el ruido que todo provoca.
La epilepsia es una enfermedad neurológica que se presenta cada vez con mayor frecuencia. Tal vez por mi especialidad en homeopatía y los recursos pobres que tiene la alopatía para tratar a estos pacientes, es que lo vemos seguido.
Hace poco salió publicado en una revista italiana un artículo sobre esto contado desde la propietaria de una perra “Olivia” con epilepsia idiopática tratada con homeopatía y con alimentación natural. la edición de febrero 23 de la revista Quattro Zampe. Esta nota despertó una ola de consultas sobre el tema. Por eso es que me decidí a escribir también aquí.
La causa puede ser de origen cerebral o extra cerebral: hepático, renal, hormonal, intoxicación etc. Dentro de las primeras las que tienen una causa lesional: isquemia, tumor, inflamación etc. y las que no tienen una lesión que se llaman idiopáticas, porque no se les encuentra una causa conocida. Solo es una descarga energética eventual. Estas últimas son las más difíciles de tratar por la ortodoxia. Es muy importante hacer un buen diagnóstico sobre el origen y el tipo de lesión. Los tratamientos convencionales consisten en anticonvulsivantes que bloquean los centros convulsivos, pero a costa de dopar al animal.
La homeopatía desde hace más de doscientos años que trata a la epilepsia de la misma manera. Haciendo un estudio detallado de los síntomas. ¿Cómo es el ataque? Si el animal está consciente o no, como pone los ojos, la cabeza, la boca. Si estira el cuello hacia atrás o al costado, si hace espuma, si muerde fuerte o como si casara moscas, si se orina o defeca durante el ataque. Todos estos detalles son muy importantes a la hora de elegir el tratamiento. Recordemos que la homeopatía es individual, cada caso es diferente. Hoy en día se puede filmar el ataque y esto ayuda mucho a su estudio. Existen varios medicamentos para la epilepsia en el botiquín homeopático, pero debemos elegir el o los más cercanos al tipo de ataque.
Es muy importante también saber lo que pasa antes del ataque, que se denomina “Aura” y lo que pasa después del mismo. Cuál es la historia de la enfermedad en ese paciente. Que afecciones tuvo antes, cual es el derrotero de su enfermedad desde que era cachorro. Las vacunas que se les aplicaron. Los tratamientos que recibieron, las supresiones de síntomas que parecen banales pero que influyen en lo que los homeópatas llamamos biopatografías, es decir la historia de su enfermedad a lo largo de su vida. También es importante saber cómo es nuestro paciente, cuáles son sus gustos, sus reacciones, su sensibilidad. Si sufrió alguna emoción fuerte en los últimos tiempos. Cuál es su dieta. Recordando la máxima “somos lo que comemos”. Todo es importante.
Una vez que tomamos todos estos “síntomas”, pasaremos a la etapa de selección. Buscaremos los síntomas más representativos, los más raros, los mejor modalizados, para hacer una lista de no más de diez síntomas fundamentales. Los colocamos en un software especial que nos indicará cuales medicamentos homeopáticos cubren estos síntomas. De una lista de diez elegiremos los más importantes, lo que a nuestro juicio mejor se adaptan a nuestro caso. Esta es la parte de arte de nuestra profesión. No solo ciencia tiene la medicina. La experiencia y el conocimiento del veterinario homeópata es fundamental para elegir el mejor camino.
Se preparan las gotas y se les da de tomar generalmente dos veces al día durante un tiempo largo. Se pueden combinar con tratamientos químicos de antiepilépticos o dar solos. Depende mucho de la gravedad del caso.
En nuestra experiencia esto mejora mucho la calidad de vida del enfermo. Convive con la enfermedad, pero en forma natural. Puede que los ataques desaparezcan totalmente (es lo ideal) o que se vayan espaciando o siendo mucho más leves. Pero al no tener que darles los fuertes barbitúricos o disminuyendo mucho su dosis, viven una vida totalmente normal.
Será hasta la próxima.
Salud y Alegría.
Por MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata
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